No hay que odiar a las personas con mal comportamiento, es
verdad que son seres indeseables, pero son una clara referencia a la otra cara
de la moneda. Nos ayudan a ver cuál es el comportamiento adecuado, nos afianzan
en nuestras ideas del bien y del mal. Cuando te sumerges en la oscuridad,
valoras mejor la luz, y estas personas nos hacen ver cuál es el ejemplo que no
debemos seguir dando así claridad a nuestra ruta de la vida.
En vez de sentir odio, deberíamos sentir lástima, viendo cómo
no van por buen camino, y agradecerles hacernos ver a la fuerza cual es el
sendero que debemos seguir.
Es verdad que es difícil que una persona pueda cambiar el
mundo, pero el mundo está lleno de personas, y mejorando nosotros mismos,
mejoraremos de la misma el mundo en el que habitamos.
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