Acontecimientos recientes y circunstancias de la vida me han
llevado a adentrarme en un mundo prohibido, una acción tabú llamada vulgar y coloquialmente
tiburoneo, ligoteo o zorreo. Muros como la vergüenza, el orgullo, el miedo o la
falta de labia obstaculizan el paso a este terreno intrigante y lleno de sorpresas.
Cuando nos decidimos a hacer algo normalmente contamos con el
impulso del porqué realizar esa acción, en este caso también buscaremos ese
porqué.
Al nacer, nuestro nivel de conocimiento es nulo, no sabemos
nada y actuamos por instinto como animales que somos. Según pasa el tiempo
vamos experimentando cosas, aprendiendo y construyendo poco a poco una base de
conceptos e ideas que marcaran nuestra personalidad. Dentro de estas ideas, irán
incluidos unos gustos que cambiarán al paso del tiempo según vayamos probando
cosas, viviéndolas, tanto buenas como malas.
Aquí se encuentra el meollo de la cuestión: para dar forma a
nuestros gustos tenemos que probarlos, por ejemplo, para saber si te gusta una manzana
tendrás que probarla, te puede gustar o no, en el hipotético caso de que te
guste podrás decir que es tu fruta favorita ya que no has probado ninguna otra.
Pero el día siguiente pruebas las fresas y te gustan aun más, por lo que pasan
a ser tu fruta favorita, te gusta tanto que igual crees que no puede haber
fruta más rica. ¿Sería correcto pensar que es la fruta que más te gusta del
mundo habiendo probado solo dos variedades? Te pasas la vida comiendo fresas
pensando que no hay nada mejor hasta que de repente en el fin de tus días descubres
el melocotón que te gusta aun más y te das cuenta de lo que te has perdido
durante el transcurso de la vida.
Este absurdo ejemplo es comparable con las personas, pensar
que las personas con las que tratamos son las mejores del mundo y rechazar
conocer a otra gente me parece un error gravísimo. Con cada persona aprendemos
algo nuevo, por muy mal que nos caiga, limitar el flujo de gente que entra y
sale en tu vida es igual que limitar tu conocimiento.
Puedo entender a personas conformistas que aceptan su
pequeño círculo de personas y deciden tirar para adelante hasta el fin de sus
días, pero creo que a sus vidas les faltará emoción y estarán cargadas de
monotonía.
La gente que busca la felicidad debe ser emprendedora para
descubrir este infinito mundo en la medida de lo posible y conseguir así una
certeza considerable a la hora de elegir entre nuestras opciones.
Traspasando esta idea al caso de las relaciones amorosas me
fijo en parejas que llevan toda la vida juntos, sin haber estado con nadie más
y me mojo al pensar que en algún momento de sus vidas han tenido que sentir la
duda del cómo sería la vida si hubieran escogido a otra persona. Con esto no
quiero decir que no hayan sido felices, sino que quizás podrían haberlo sido
más, pero al fin y al cabo lo que marca nuestras vidas son las decisiones que
tomamos, podemos jugárnosla en mayor o en menor medida y de ahí sacaremos el
resultado que nos corresponda.
Esto es como jugar al Black Jack siempre te puedes arriesgar
a conseguir una puntuación mejor y si arriesgas demasiado puedes pasarte y no
conseguir tu objetivo, ahí entra la serenidad y la maestría que emplearemos en
el juego de la vida. Tenemos que ser capaces de analizar nuestras opciones y
decidirnos por alguna, luego podrá ser buena o mala, pero en cualquier caso
siempre aprenderemos de esa decisión y nos hará más sabios a la hora de elegir
la siguiente.
No hay que temer equivocarse, si no has cometido errores ¿De
qué te vas a reír en las comidas familiares al contar las historias de tu
juventud? Sin irse tan lejos, siempre tenemos la posibilidad de reírnos de
nuestros fracasos al momento, por lo que esas acciones arriesgadas que hagamos
a parte de dar chispilla a la vida y romper la monotonía nos servirán de fuente
de risas y diversión.
Volviendo al tema, me parece que ir cerrando puertas a la
gente no es el mejor método de progresar como personas. Hagamos infinidad de
cosas, probemos todo aquello que nos gustaría probar y relacionémonos con
multitud de personas, para poder así definir nuestros gustos y saber así lo que
de verdad nos gusta. Llegará un momento en nuestras vidas en la que tendremos una
certeza considerable desde el punto de vista global con la cual estaremos
seguros de nuestras decisiones por lo claras que tenemos las ideas y por haber
visto la gran mayoría de posibilidades de antemano.
Especificando aun más propongo estudiar el caso de las
relaciones amorosas entre jóvenes, la sociedad de hoy en día no ve con buenos
ojos las relaciones liberales, sin embargo tienen muchos aspectos positivos.
Estas son ideales para TODA clase de gente, de aquí se podrán forjar las
grandes relaciones soñadas por todo el mundo.
Vayamos con las relaciones de pareja estándares, tiene cosas
bonitas claro está, nos permite conocer en profundidad a esa persona que nos
parece tan especial pero al mismo tiempo las reglas de pareja nos alejan de
otras personas. Si a alguien le interesa alguna otra se tendrá que aguantar ya
que no debe romper el acuerdo con su pareja, en ese caso se crean sentimientos
negativos, te sientes incomodo, limitado, sin tener las cosas claras.
En una pareja liberal como la persona es libre de conocer a
otra persona al mismo tiempo que está profundizando con su pareja puede seguir abriéndose
al mundo y si alguna otra le llama la atención podrá conocerla y evaluar la
situación. Si conociendo a tu pareja te das cuenta de que las demás no merecen tanto
la pena la relación progresará, es mucho más significativo decir que no porque
no quieres que decir que no porque no puedes. Está claro que esta situación no
está hecha para personas celosas, aquí se desarrollará una confianza mucho más
grande que en una pareja convencional y al de un tiempo se parecerá mucho a
ésta. O sin ir tan lejos, también puede ser una diversión pasajera, aun
sabiendo que no es el amor de tu vida siempre puedes pasar grandes momento con
esa persona, seréis grandes amigos, bastante más que amigos y madurareis la
relación hasta el punto que os interese.
Si somos gente con personalidad, gente diferente y especial,
gente que va a por la vida, no seremos muy amigos de las limitaciones, nosotros
seremos nuestras propias limitaciones, no nos gusta depender de nadie porque
nos gusta sentirnos libres. La persona que encontraremos al final del camino,
será sin duda la más especial para nosotros.
Filosofía pensada para salmones capaces de nadar a
contracorriente, no para medusas que se dejan llevar. Abrámonos al mundo y
encontremos a esos salmones que nos acompañan en nuestro viaje, seguro que se
nos hará más ameno, incluso para quitar medusas del camino.
Puede que dentro de
unos años no piense así pero seguro que aprenderé de ello y con eso estoy
satisfecho :)
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