Aritzatxu Paradise

Aritzatxu Paradise

domingo, 6 de abril de 2014

Normalidad, la gran enfermedad social

Hace mucho que no tengo ese chispazo que me inspira a escribir en mi blog, pero como casi todas las veces, después de una juerga toca día de reflexión y ayer vi cosas que me impactaron mucho. Allá vamos!

Anoche salí en Gernika, con gente diferente y un ambiente poco conocido, sin duda una situación muy propicia para una fiesta loca. Mi resaca y mi cojera me hicieron optar por una mentalidad más observadora y con ganas de dialogar y es precisamente ahí donde me llevé la gran sorpresa. Nos juntamos un grupillo de personas fuera de los bares sentados en el suelo cual jóvenes desechos y empezamos a hablar sobre la moralidad de las donaciones de semen. Las mentes más cerradas lo tachaban de vergonzoso solo por el simple hecho de que no es normal, porque no conocían a mucha gente que lo haga.

¿Y qué pasa? ¿Que si hacemos algo que la mayoría de la gente no hace estamos haciendo algo malo? Una mentalidad de lo más pobre...

Cada uno decide con quien rodearse a lo largo de su vida y su elección irá acorde al tipo de vida que quiera llevar. Si pretendes llevar una vida plana, correcta, previsible y sin sobresaltos está claro que lo tuyo son las personas normales, pero qué vida menos emocionante... En mi opinión las personas que te sacan del rutinario día a día son las que de normal no tienen un pelo, gente que tiene el talento de improvisar algo imprevisible, tienen la capacidad de sorprenderte en cualquier momento y son tan naturales que no se preocupan de seguir un patrón de personalidad. Son como son, y son felices porque están actuando como de verdad quieren sin ninguna influencia externa.

Volviendo a la noche de ayer, se juntaron unas chicas a la conversación y una de ellas se me quedó mirando y me pregunto a ver quién era yo, que tenía cara de flipado. Me gusta la gente que dice lo que piensa, no me sentí herido por sus palabras y seguimos hablando. Me juzgó por mi apariencia hasta el punto de que me dijo que me bajase el flequillo porque la gente normal no iba así, ante eso yo me quedé anonadado, era una persona que no había visto en mi vida pero me dio verdadera lástima su forma de pensar. Idolatraba la normalidad y veía todo lo que sobresalía como algo negativo.

Desgraciadamente es una forma de pensar muy extendida en esta nuestra sociedad, donde salirse del rebaño está visto como razón de locura. Afortunadamente en el mundo no solo viven ovejas, hay personas especiales que viven a otro nivel emocional, son libres por dentro y no se avergüenzan de enseñarlo fuera. Son individuos que merece la pena conocer saltándote todo tipo de prejuicios, gente que da chispilla a la vida y es capaz de sacarte una sonrisa en cualquier momento.


Ser diferente no es estar loco, sino ser especial.