Aritzatxu Paradise

Aritzatxu Paradise

sábado, 18 de febrero de 2012

Un recomendable estilo de vida

Durante nuestra vida, algunos privilegiados disponemos de mucho tiempo, otros no pueden decir lo mismo ya que por diversas razones no viven lo suficiente o el tiempo que viven lo pasan explotados por otras personas. Sintámonos afortunados y valoremos el tiempo que tenemos, gran parte de ese tiempo la solemos desperdiciar con el mero hecho de dejarlo pasar sin saber qué hacer, así que ¿porqué no aprovechar lo que tenemos?
Un día leí en Twitter una frase de @ifilosofia que dice: “La felicidad ininterrumpida aburre: debe tener alternativas", escrito por Molière, y me parece que es algo muy interesante, me sentí muy identificado, ¡la constancia aburre!, por muy buena que sea.
Al ser humano le gusta ser sorprendido, hay algunas sorpresas que no son muy agradables pero quieras o no le dan emoción a la vida. Imagínense una vida sin pros ni contras, que no pasara nada, ni bueno ni malo, como mucho alguna cosa buena, sería muy aburrido porque al fin y al cabo los problemas que van surgiendo en la vida nos hacen más fuertes y vamos aprendiendo de ellos. Además con las cosas amargas de la vida saboreamos más la dulzura de las cosas buenas, por lo que sería apostar al premio gordo y no a asegurar.
Las acciones que sobresalen de todas las demás, son las que nos chocan, los que nos sacan una sonrisa, los que nos hacen llorar los que nos duelen. Al final son los hechos que le dan ese factor sorpresa y esa emoción a la vida para que sea tan intrigante y para que estemos deseosos de vivirla.
Dicho esto, queda claro que la constancia aburre, pero vivir recibiendo palos e inmersos en la amargura por muchas vueltas que dé tampoco es muy agradable. Por lo tanto lo primero que vamos a pensar es en cómo conseguir esa felicidad ininterrumpida para luego poder interrumpirla.
La felicidad es un estado del ser humano en el que  se siente satisfecho consigo mismo, tiene la sensación de estar lleno moralmente, y tiene una vista optimista de la vida. Las sorpresas agradables nos complementan con una felicidad momentánea que puede llegar a ser prolongada según el grado de importancia que tenga en nosotros. A continuación propondré una organización de la semana para exprimir al máximo nuestro tiempo, y conseguir así la ansiada felicidad
La entresemana será la parte de la semana en la que cumpliremos con nuestras obligaciones para sacar la vida adelante, como estudiar, trabajar, o poner en orden nuestros asuntos. También lo utilizaremos para hacer ejercicio, alguna actividad que nos guste, pasear, ir a correr, practicar algún deporte, etc. Así nos mantendremos en forma y podremos estar sanos y a gusto con nosotros mismos. Sentirnos bien físicamente nos hará pensar en que no hay limitaciones para hacer lo que queramos, si la hubiera no habría problema, las asumiríamos y seguiríamos adelante con lo que tenemos, al fin y al cabo la vida solo se vive una vez, y no podemos tirarla por la borda por cualquier obstáculo que se cruce en nuestro camino. Ésta sería la parte más convenida o mas obligada del esquema de vida que expongo, en la que el orden y la fuerza de voluntad serán claves para cumplirlas.
A continuación iremos con el tiempo de aportar socialmente, en el cual no habrá un horario definido, pero que en la mayoría de los momentos lo haremos en mayor o menor medida. En el trabajo, en la enseñanza, en la calle, con tus amigos, con tus cercanos, de fiesta… en todos saciaremos nuestra faceta social, con unos más que con otros, ya que como todos sabemos hay cada individuo suelto por ahí con el que no merece la pena relacionarse… Pero bueno la faceta social nos da la oportunidad de conocer nuestro alrededor y aprender mucho del mundo que nos rodea, aparte de pasarlo bien con historias interesantes o momentos cómicos que nos depara la vida. Como entresemana estaremos más ocupados el fin de semana potenciaremos más este tema.
Por último nos centraremos en la faceta sexual, la representación más intensa del amor. Este apartado cumple con las dos anteriores, el social (estas “relacionándote” con otra persona) y el de cuidar nuestra salud (hacer el amor alarga la vida, por lo menos la hace más llevadera). Esto lo podremos hacer en cualquier momento de la semana, sea día, sea noche, sea viernes o sea miércoles. El mayor problema suele ser encontrar a alguien con quien hacer el amor, pero si nuestra parte social la llevamos bien, tendremos mayor abanico de posibilidades donde elegir, o ser elegidos. El sorprender agradablemente a una persona te puede dar muchos boletos para que surja la chispa entre dos personas, así que puede ser una buena jugada para conquistar a alguien. Propongo llevar este tema sin demasiada reflexión, ya que es una de las pocas fases de la vida en el que pensar no sirve de mucho, nuestro instinto nos guiará por bueno y malos caminos, pero seguro que llegaremos a algún sitio.
Haciendo estas cosas durante la semana creo que podremos experimentar una vida sana y llevadera donde cometeremos muchos errores pero que seguiremos adelante con nuestro buen hacer. Puede sonar contradictorio decir que la rutina aburre y luego exponer un tipo de vida para llevar a cabo, parece que con esa teoría caeremos en la rutina, pero este método no es para llevarlo a rajatabla sino para tener un concepto abstracto de lo que se puede hacer durante la semana. Las sorpresas y los chascos vendrán ellos solos, aunque también los podremos provocar.
Con esto me despido deseando que esta nueva entrada sea del agrado de mis lectores, les haga pasar un buen rato, aprendan algo nuevo (como hice yo al escribirlo), y que se tomen la vida con optimismo, alegría y con ganas de vivir!!
Pido disculpas por los fallos ortográficos y fallos de coherencia que pueda haber durante el texto, ante un aluvión de ideas, uno las organiza como puede.
Un saludo,
Paul Larrozea Zuazo.

jueves, 16 de febrero de 2012

La interminable guerra entre el cuerpo y la mente

Me siento mal, estoy desanimado, cabizbajo, desganado, esto no puede seguir así. Soy un hombre que sigue adelante, analiza el problema y lo intenta solucionar, la primera pregunta que me hago: porqué estás así. Respuestas: estoy desanimado porque no hago más que lesionarme, físicamente me siento mermado, acumulo el cansancio de los madrugones que me pego durante la semana, y veo que mis planes no funcionan (por poner un ejemplo). Al ser un hombre medianamente inteligente me pongo a pensar y  deduzco que mis problemas no son para tanto, que se pueden solucionar. Siguiente paso: buscar una solución. La solución: la vida sigue, son “cosas que gertan”, hay que asimilar la nueva realidad y tirar para delante.

¿Qué fácil es no? Parece que nuestra mente lo tiene claro, pero sin embargo por muy claro que lo tenga, nuestro cuerpo parece que no se recupera. Es curioso, te preguntan cómo estás y tú piensas: bueno, he solucionado mis problemas así que estoy bien. Pero parece que no te sientes tan bien como dices, a pesar de que tu mente no detecte ningún problema tu cuerpo, sigue estando perjudicado.

Otro ejemplo muy claro y cotidiano de esta descoordinación entre el cuerpo y la mente es el amor. Los desamores son fiel reflejo de esta guerra, donde nuestros sentimientos están fuera de toda lógica. Cuantas veces habremos pensado: esta mujer es estúpida, que asco le tengo, como me he podido enamorar de ella, pero no paras de pensar en ella, la anhelas. Esto suele pasar más con las mujeres, que sus amados pueden hasta llegar a agredirles y aun así ellas les siguen queriendo. Como he dicho antes son cosas que si las piensas un poco te das cuenta de que están fuera de cualquier lógica pero no siempre somos capaces de dominar nuestro cuerpo al 100%.

Entonces, si no podemos controlar nuestro cuerpo ¿qué es lo que podemos hacer? Lo que propongo es usar nuestra capacidad de razonar todo lo posible para solucionar nuestros problemas (los del amor incluidos), igual no nos llevarán a solucionar completamente el problema pero seguro que ayuda. Y en el amor, dentro de lo que cabe, ser más pasional y menos pensativo, que al final de poco sirve pensar en esta faceta de la vida, asique es mejor dejarse llevar un poco (sin pasarse claro está).