Aritzatxu Paradise

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jueves, 7 de agosto de 2014

En busca de la felicidad, un viaje enriquecedor

Viajar por el mundo es siempre una buena forma de conocer gente, la variedad intercultural nos hace ver las cosas desde un punto de vista más universal y lo que te pueden aportar esas personas que no viven a tu alrededor no tiene precio.

Siempre he apreciado mucho el tener un punto de vista global que no se ciña ni a una cultura ni a una mentalidad específica, simplemente el hecho de pensar como algo hecho a mano y no ser otra pieza más de una cadena de montaje.

Según pasan los años vamos puliendo nuestra pieza, vamos cambiando, hay cosas que nos gustan y cosas que nos van a gustar aun más por lo que nos quedamos siempre con lo mejor. Es difícil saber cuándo tenemos la pieza finalizada, por no decir imposible, porque aunque esté totalmente acabada siempre podremos dibujar nuevos detalles aunque éstos no cambien el funcionamiento de la pieza.

En ésta compleja maquinaría, encontraremos otras piezas cuyos engranajes encajen perfectamente y ayuden al funcionamiento. Pero es tal la variedad que puedes encontrar que será muy difícil encontrar las piezas que mejor maquinen a tu lado, no solo por la variedad si no porque no las vas a encontrar todas a un radio de 1km de ti. Las piezas están separadas por todo el mundo y los estilos y variedades cambian según la zona en la que te encuentres. Además no tienes ningún catálogo en el que aparezcan todas, el catálogo lo construye uno mismo y para eso hay que ver muchas piezas.

Esto es como ser un corsario, en tu isla los tesoros que hay los conoce todo el mundo y es muy probable que otros corsarios lo encuentren antes que tú. Es por eso por lo que al emprender un nuevo viaje surcando los 7 mares oiremos hablar de los mejores tesoros de la tierra, bastante mejores que los de tu isla (o no, el tiempo dirá), e iremos a por ellos.

Es una pena que la sociedad actual, en la que yo vivo al menos, confunda el hecho de ir a conocer gente con ir a ligar. Yo creo que encontrar a personas con las que te sientas a gusto y te llenen vale más que mil polvos que puedas echar en una noche loca. No digo que lo del sexo esté mal ni mucho menos ( deberíais matarme si lo dijera ;) ) , solo digo que hay algo que te puede llenar aun más y es rodearte de gente especial, personas con las que tienes esa química para poder hablar de lo que sea y pasar un buen rato riendo y compartiendo momentos inolvidables.

Puede que la cultura, la familia, las compañías y la educación influyan en la forma de ser de las personas, pero al final la propia persona es la que decide como ser. En mi caso es fácil porque mi cultura no me cierra ninguna puerta y aunque haya favoritismos en cuanto a mi forma de ser, he podido desarrollar mis propios gustos e inquietudes con toda libertad. Mi reciente viaje a Polonia me ha servido para darme cuenta de lo abierto y feliz que soy al no tener ningún impedimento cultural ni personal que me impida hacer lo que yo quiera.

Por ejemplo, durante las intensas noches de fiesta se puede observar como las polacas se sienten atraídas por ti, de hecho se te acercan y bailan contigo, si tienes suerte puede hasta que les arrebates un beso, pero de repente recuerdan que tienen una imagen que mantener y acto seguido se escapan con la sensación de querer y no poder. Con un beso sabes muchas cosas, es como un libro abierto de sentimientos y emociones, y ver que la gente no cumple lo que desea entristece, aunque quieres creer que tendrán otro tipo de satisfacción como la de ser fiel a su mentalidad.

Personalmente no soy partidario de esa forma de pensar, ser oprimido por tu cultura significa no ser un libre pensador, tu cuerpo está en la calle pero parte de tu mente está en la cárcel.

La felicidad es el mayor tesoro al que podemos aspirar y para ello es necesario desprendernos de cualquier rienda que nos ate y nos impida cabalgar libremente. En los pastos podremos encontrar otros corceles indomables que nos acompañaran en el camino sin ningún tipo de atadura, nos mantendremos unidos solo por la admiración y la fuerza de atracción, vínculos que no se ven pero se sienten.

La sensación que tenia después de haber concluido el viaje era de felicidad, pero porqué? Una de las razones más importantes para ser feliz es sentirse a gusto con uno mismo, estar contento con la actitud, forma de ser y comportamiento de cada uno. Sentir que aunque no seamos perfectos, el progreso en nosotros siempre es constante, saber que aprendemos de nuestros errores y que somos una pieza única en el mundo. Ser especial ya es un logro, pero rodearte de personas como tú es otro nivel, una calidad de vida superior y para rematar la faena, si lo complementamos con el amor y el aprecio de la gente que nos rodea, estamos hablando del combo definitivo.



Puede que no haya profundizado todo lo que quisiera con las Polacas, pero conocer a gente tan distinta y especial, unidos al amor y el aprecio de una familia típica de Polonia han hecho de este viaje una experiencia de lo más enriquecedora. Se lo recomiendo a todo el mundo, viajen y vean si la sociedad, cultura o el lugar donde viven es el mejor o se puede mejorar. Cambien de punto de vista, cuanto más lejos mejor se aprecia la felicidad. Tengan la certeza de que sea cuando sea, puedan morir tranquilos porque han tenido una vida anteriormente!